Las personas somos omnívoras por naturaleza, nos gusta ingerir cualquier variedad y cantidad de alimentos, llenos de carbohidratos, proteínas y lípidos que son necesarios para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Sabemos que la mayor parte de las proteínas se encuentran en la carne, pescado, aves y huevos, sumando algunos productos lácteos.
¿Por qué comer de forma vegana?
Las personas vegetarianas que no comen carne y algunos incluso evitan consumir productos lácteos como el queso o los que derivan de los animales como los huevos deben encontrar su dosis de proteínas diarias en los cereales, algunas legumbres y granos como la lenteja, garbanzos, cuscús, maíz y frijoles rojos.
Para una mejor digestión, estos alimentos se consumen en varios platos, siempre respetando el régimen necesario para evitar la deficiencia de proteínas.
Las dietas vegetarianas contribuyen a mejorar la salud en muchos ámbitos, como la reducción del riesgo de obesidad, reduciendo de enfermedades cardiovasculares, evitando la diabetes tipo 2 y enfermedades de alto riesgo como el cáncer. Un ejemplo es la utilización de la uva para mejorar la salud cardiovascular, las frutas son un componente adecuado para muchas dietas veganas.
Pero existen algunos puntos donde los vegetarianos pierden ciertas propiedades que son de importancia para el organismo, como es el caso del hierro. En muchas personas que son vegetarianas, el hierro suele estar en bajos niveles, provocando anemia y reduciendo la asimilación del hierro en verduras, como el que se encuentra en las espinacas, sésamo o piñones.
En los niños, puede parecer inofensivo alimentarlos con una dieta vegana, muchos padres piensan que es una alimentación más limpia, sana y beneficiosa para la salud del niño, pero alejar las carnes, los huevos y los productos lácteos de estos en su etapa de crecimiento puede ser algo peligroso, ya que a la larga suelen manifestar problemas de crecimiento y de absorción de nutrientes por parte de otros alimentos, dejando al niño en un estado anémico y de baja energía, afectando por lo tanto a otros aspectos de su vida.
Los programas de educación dietética y estudios de nutrición señalan, que las dietas vegetarianas o veganas que son aplicadas adecuadamente para que cumplan todos los requisitos del ciclo de vida, pueden ayudar en el embarazo, la lactancia, infancia y adolescencia.
Muchos estudios señalan que reemplazar los productos lácteos por soja durante la etapa adulta puede ser de gran ayuda para fortificar y evitar enfermedades que subyacen en problemas cardiovasculares.
Al parecer, la clave de todo este régimen alimenticio está en las cantidades de consumo y como aplicar esto a los ciclos claves de crecimiento de una persona para que no se vea afectada su salud a nivel de energía y fuerza.
¿En qué se basan estas recomendaciones?
Los estudios epidemiológicos demuestran que a la larga, las dietas vegetarianas o veganas reducen el riesgo de padecer ciertas enfermedades cuando se es adulto o anciano.
Pero cuando nos referimos a los niños la dieta vegana no es la más correcta, ya que en la etapa de crecimiento es necesario el consumo de alimentos ricos en carbohidratos y proteína animal.
Es aquí, donde nace la pregunta sobre el Veganismo y si existe alguna evidencia real de que las dietas vegetarianas son seguras para el crecimiento de una persona.
Existen muchos artículos que analizan en profundidad todos estos aspectos sobre la influencia del veganismo en el crecimiento de los niños cuando llevan una dieta alejada de carnes y lácteos.
Así que resaltaremos algunos puntos importantes sobre los efectos claves que tienen estas dietas sobre las personas, si a nivel biológico son seguras o si estas muestran una base débil acerca de lo que realmente necesita un niño para su crecimiento y lo perjudicial que podría ser una dieta rica en carnes y lácteos.
Dietas vegetarianas y el embarazo
El crecimiento de un bebé comienza con un embarazo saludable. Para que el feto se desarrolle debidamente se estudian las proporciones adecuadas hombre/mujer que suelen ser de 105: 100, manifestando así una nutrición adecuada que demuestra que la mujer está pasando por un embarazo saludable.
La desnutrición a causa de la falta de calorías durante el embarazo puede ser una de las causas del número de abortos espontáneos de fetos masculinos.
Un estudio con más de 6000 mujeres embarazadas encontró que aquellas que seguían una dieta vegana tenían una proporción de sexos significativamente más baja que las embarazadas que seguían una dieta omnívora y con esto un 23% más de probabilidad de dar a luz un varón.
La tasa baja de natalidad en mujeres es un claro indicativo que las dietas vegetarianas pueden ser las causantes del estrés físico que causa esta dieta sobre el desarrollo y la viabilidad de concretar un embarazo con éxito.
En muchas ocasiones no se menciona el aborto espontáneo y el efecto que tiene la dieta vegetariana sobre los fetos masculinos, por tal motivo, queda en entredicho los beneficios de llevar una dieta libre de carnes y lácteos en esta etapa de embarazo y crecimiento.
Pero no todo es negativo, algunos estudios han demostrado que la dieta vegetariana y la dieta mediterránea preservan la salud cardiovascular, excluyendo el constante consumo de carnes rojas y sustituyéndola por frutas, verduras y legumbres.